El Castell de Cullera se acercó a los 30.000 visitantes durante el año pasado. Unas cifras que, además de consolidarlo como el monumento más visitado de la Ribera, afianzan la recuperación del turismo con una vuelta a datos similares al período de prepandemia.
La concejala de Patrimonio Histórico, Amparo Jover , ha mostrado su satisfacción por los datos. «Todos los indicadores nos dicen que estamos en el camino de la recuperación, que vamos por la senda correcta», ha reseñado.
«Las visitas al Castillo siempre son un pulsómetro de la situación y es evidente que en estos momentos nos encontramos de nuevo en un período de crecimiento. Un crecimiento que se traduce en más visitantes, más dinamización de la economía local y, en definitiva, más empleo y mayor conocimiento y difusión de nuestro patrimonio local», indica Jover.
No en vano, el crecimiento de 2020 a 2021 se revela exponencial. El número de turistas que pasaron por el Castell culleriense fue un 50% más respecto al ejercicio anterior.
«Estamos en datos prepandemia, lo que indica que la temporada ha sido buena con incrementos similares también en el resto de los distintos museos con los que cuenta la ciudad», concluye Jover.
Más sobre el Castillo de Cullera
En lo alto de la montaña de Cullera se encuentra el monumento más representativo de la ciudad: el Castillo. Fue construido en el siglo X para el control de las mercancías que descendían por el río Júcar.
Estaba formado por la alcazava y dos albacares que protegían a las tropas y las caballerías, el ganado ya la población durante los asedios y ataques. Del segundo recinto amurallado quedan las torres: de la Reina Mora o Santa Ana, Miranda, del Racó de Sant Antoni, Esmotxada y Octogonal.
Tras una fase de rehabilitación y reconstrucción que finalizó en 2011, el Castell ha recuperado ese esplendor que nos remonta a varios siglos atrás.
El Castillo de Cullera tiene además un carácter legendario dado que durante la reconquista cristiana resistió a los intentos de asalto del Rey Jaime I, quien sólo pudo obtenerlo en 1239 después de la capitulación de los musulmanes.