Un entorno privilegiado

La ciudad deCullera se ubica a orillas del Mar Mediterráneo ocupando una posición central dentro de la Comunidad Valenciana. Bañada por las aguas del golfo de Valencia, regada en sus extensas llanuras de arrozales y cítricos por el río Júcar y al amparo de la omnipresente montaña de les Raboses, Cullera ofrece al visitante un entorno natural privilegiado colmado de contrastes y un microclima que garantiza inviernos templados y veranos suaves.

Su clima es termomediterráneo seco con temperaturas anuales superiores a los 18 °C. Con una vegetación de huerta, naranjos, arrozales, olivos, algarrobo y frutales.

También posee frente a sus costas un diminuto islote denominado peñeta del moro.

Cullera, junto con los términos municipales de Valencia, Alfafar, Sedaví, Catarroja, Massanassa, Albal, Beniparrell, Silla, Sollana, Sueca, Albalat de la Ribera y Algemesí, forma parte del parque natural de la Albufera.

El entorno natural de Cullera – lugar idóneo para los amantes del turismo ornitológico

La montaña, los humedales con el marjal, los lagos, los arrozales, la desembocadura del río Júcar, los cordones dunares y los espacios protegidos, entre los que destaca la zona norte del término municipal enclavada en el Parque Natural de l’Albufera, conforman la gran diversidad de paisajes que envuelven Cullera en un entorno lleno de encanto y de atractivo natural.

La privilegiada posición geográfica, la benignidad climática y la diversidad de entornos naturales de Cullera, la convierten en un enclave ideal para la observación de una gran variedad de aves durante todo el año: paso migratorio prenupcial (de marzo a mayo), época de cría (de mayo a agosto), paso migratorio postnupcial (de septiembre a octubre) e invernada (de noviembre a febrero). Una gran diversidad de especies avícolas durante todo el año, algunas de ellas es un atractivo para los amantes del turismo ornitológico en diversas zonas del término municipal.

¡Nos vamos de pesca!

Unos 500 kilómetros después de su nacimiento en las montañas de Cuenca, el río Júcar desemboca en Cullera y forma un puerto deportivo, refugio de centenares de embarcaciones, y, en su canalización final, ofrece un cómodo e interesante lugar de pesca para decenas de aficionados.

Otro lugar preferido de los aficionados a la pesca de caña, además de ser un precioso espacio para el paseo, ir en bici o desconectar de todo, es la Laguna del Estany. Es en realidad el conjunto de un precioso sendero que discurre junto a la orilla del Xúquer (Júcar), repleto de una gran diversidad biológica de especies vegetales y animales; una laguna de transición entre la marjal y el litoral, abierta al mar y de aguas salobres (mezcla de agua dulce, de río, y salada, de mar); un mirador para observar el lago situado en la carretera Nazaret-Oliva y diversos embarcaderos en los que se pueden ver amarradas, si no están en uso, las típicas barcas que se pueden ver también en el mirador de la Albufera.