Bahía de Cullera

ORÍGENES DEL TURISMO EN CULLERA

El turismo es actualmente uno de los pulmones económicos de Cullera. Sus playas y patrimonio sumados a la gran oferta gastronómica y cultural la convierten en un paraíso.

Siendo así, resulta complicado pensar en un tiempo donde Cullera no era tan conocida.

En esta entrada proponemos un viaje en el tiempo. Una regresión hasta la segunda mitad del s.XX que nos permita apreciar el cambio y la evolución a partir de los cuales Cullera se ha convertido en un destino soñado por turistas de todo el mundo.

[…Viajando en el tiempo… años 2000… década del 90…años 80…años 70…años 60…]

Fue a finales de los años 50 cuando varios empresarios descubrieron el gran potencial vacacional de Cullera y sentaron las bases de la actual industria turística cullerense.

En 1957, el Hotel Port Bahía fue el primero en abrir sus puertas para acoger a los primeros turistas de la población. El hotel estaba situado en un emplazamiento de ensueño aunque empezó con unas escasas 14 habitaciones que pronto resultaron ser insuficientes fruto de la espectacular crecida de visitantes. Así, su propietario decidió construir el actual Hotel Sicania.

Ubicado junto al Port Bahía, El Sicania se inauguró en 1960 siendo el primer gran Hotel de Cullera. En sus 69 habitaciones se hospedaban franceses e ingleses y, tal y como ocurre hoy en día, el complejo era famoso por sus vistas a la bahía.

El año 1963 fue clave para el turismo en Cullera. Se inició una gran crecida en el sector con la ampliación de las instalaciones del Sicania, la construcción del apartahotel El Galeón  (una construcción de 11 plantas y 94 apartamentos) y la apertura de la discoteca El Pulpo, local al que acudieron famosos como Conchita Bautista, Los Pájaros Locos y Los Thompson.

El Galeón terminó de construirse en 1965 y adaptó un concepto de negocio revolucionario. Abrió en sus bajos una cafetería-restaurante que rezumaba glamour por su localización, su habitual cesta de patatas y un scalextric de 40 m2 que era la delicia de los aficionados.

Otra revolución de la época fue la discoteca Cala Club, situada junto a El Galeón. Reunió a gente de toda Valencia y fueron personajes como Nino Bravo, Alfredo Landa, Bruno Lomas y Betty Missiego.

En 1969, con un cambio en la dirección, el Restaurante La Pitera se convirtió en referente de la zona. Fue el primero en ofrecer toda una amplia carta de platos europeos que cautivaron tanto a vecinos de la zona de Valencia como de fuera.

Dos anécdotas persiguen con buenos ojos la historia de La Pitera. La primera es que nadie confiaba en que el codillo, uno de los platos estrellas del lugar, se vendiera bien. Y es que resultaba difícil pensar que este plato típico de Alemania y el norte de Francia pudiera cautivar en Cullera teniendo en cuenta sus altas temperaturas. ¿El resultado? Lo cocinaban tan bien que fue todo un éxito llegándose a vender una tonelada de codillo anual.

La segunda anécdota está relacionada con La Faraona, clienta habitual del lugar. La presencia de Lola Flores siempre provocaba pequeños revuelos entre los vecinos que se acercaban curiosos hasta La Pitera cuando veían entrar un Mercedes por la Avenida del Dosser.

Todos estos son sólo algunos de los acontecimientos que marcaron un antes y un después en la historia turística de la localidad. Unos años en los que Cullera pasó de ser una desconocida a un lugar soñado por muchos.

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