SEGUNDA ALBACARA DEL CASTILLO DE CULLERA



La Segunda Albacara de Cullera

Albacara, proviene del árabe al-baqqâra, la vaquería. El Diccionario de la RAE lo define como un «recinto murado en la parte exterior de una fortaleza, con la entrada en la plaza y salida al campo, y en la cual se solía guardar ganado vacuno».

Hoy se conocen las albacaras como aquellos recintos cercados que servían para refugio de la población y el ganado en los períodos de peligro.

Historia del recinto fortificado del Castillo de Cullera

El Castillo de Cullera, Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural (BIC), es un conjunto de elementos dispares en su forma y en su cronología, como corresponde a su prolongado uso, a sus distintos propietarios  y a las sucesivas reformas, restauraciones y ampliaciones a las que ha sido sometido a lo largo de los siglos. Con la conquista, Jaume I se quedó con mitad del castillo quedando la Orden del Hospital como propietaria de la otra mitad. Poco después pasó entero a ser propiedad de la Orden de Montesa.

De la primitiva fortaleza quedan pocos restos, y se corresponden fundamentalmente de torreones y lienzos de muralla esparcidos por la ladera de la montaña, así como vestigios arqueológicos y elementos fundidos con las construcciones más modernas.

Su primera albacara se hallaba parcialmente en el espacio que hoy ocupa el santuario.

El castillo y la ciudad dispusieron de un perímetro defensivo que se extendía por la ladera de la montaña y delimitaba la albacara o zona protegida intramuros. Este amurallamiento se corresponde con la segunda albacara que se construyó a base de tapial de hormigón de cal con piedras.

La segunda albacara se ubica en la vertiente sudeste de la montaña. Su altitud oscila entre unos 90 y 50 m. s. n m. Los restos de esta estructura defensiva forman parte de la fortaleza del Castillo de Cullera.  Constituye un recinto amurallado jalonado por distintas torres que se desarrolla en la falda del monte, con un perímetro aproximado de 850 m. y una superficie entorno a 3,35 ha. 

Las Torres de la Segunda Albacara

En el conjunto de esta segunda albacara destacan sus torres. Estas poseen tipologías y características intrínsecas propias que le otorgan un carácter defensivo singular, ya que se situaban en los flancos y puntos estratégicos para mejorar la defensa, o limitar la accesibilidad al recinto acotado.

Las torres que se conocen en la actualidad son, de este a oeste:

  • Octogonal
  • Desmochada
  • de la Salut o del Racó de Sant Antoni
  • Miranda
  • de la Reina Mora o de Santa Ana.