EL MODERNISMO



El Modernismo en Cullera

El modernismo que dejó la naranja en Cullera

Origen del Modernismo en Cullera. El importante desarrollo que trajo consigo la comercialización y la exportación de los cultivos de la naranja y el arroz, a principios del siglo XX, dejó en Cullera interesantes muestras de arquitectura modernista, que se difundió desde Valencia.

Resulta difícil aplicar unas características únicas a este estilo modernista pero con independencia del lugar geográfico en el que se levanta, se podría decir que en cualquier construcción modernista hay un deseo de refinamiento, una tendencia a la creatividad y un deseo de incorporar a su decoración, básicamente vegetal, elementos de otras culturas y costumbres. No fue la comarca como tampoco lo fue Cullera ajena a este nuevo concepto constructivo.

En un paseo por el casco histórico de Cullera pueden contemplarse las fachadas que aún se conservan en las calles Valencia, Riu y Cervantes y que destacan, en su mayoría, por la ascendencia francesa de l’Art Nouveau.

 

Casas modernistas de la Calle del Río

Iniciaremos este contacto con el Modernismo de Cullera por la calle del Río en dirección al Ayuntamiento y nos detendremos ante el número 19, a la mano derecha, y luego, ante la sede de la asociación amas de casa. La primera casa, de dos plantas y tres balconadas por planta, presenta una decoración vegetal más abundante a partir de la primera planta y únicamente la central de la primera planta, está protegida por un antepecho abalaustrado, mientras que el resto de las protecciones son de hierro forjado. La tonalidad clara de la fachada y su remate superior, le da su tono personal.

La segunda casa presenta un aspecto robusto y macizo, sigue la estructura de las tres balconadas por planta y termina, como la anterior con decoración vegetal aunque menos cargada.

Resulta interesante la puerta de acceso al inmueble, de madera noble y exquisitamente tallada. Ambas casas y la propia calle nos dará un primer aperitivo de la época modernista y nos permiten obtener una imagen de las tendencias y los gustos constructivos de los períodos de bonanza económica de finales del XIX y principios del XX.

 

Casas modernistas de la Calle Cervantes

Nos detendremos en las casas números 6 y 9. La primera, con dos balaustradas en la primera planta y cuatro balcones protegidos con hierro forjado en la segunda, presenta dos puertas de acceso de madera noble y dos ventanales laterales amplios y magníficamente protegidos y una decoración general exquisita que, junto con su tonalidad clara, configuran su apariencia noble y equilibrada. Nos detendremos en la casa número 9, también conocida como “Casa Palomes”.

Construida entre 1910-1920 consta de dos plantas, presenta cinco ventanales por planta, todos ellos protegidos con antepechos de hierro forjado, con una característica propia: los tres ventanales centrales de la primera planta lo están mediante una balconada corrida del mismo material. Los colores amarillo selectivo y blanco le dan su toque especial.

Casas modernistas de la Calle Valencia

Nuestro camino hasta la iglesia de la Sangre de Cristo lo haremos por la calle de Valencia en donde continuará nuestro recorrido modernista ante las casas 9 y 11. Las dos construcciones tienen diferencias apreciables. Mientras la primera tiene un aspecto más sólido y presenta ventanales centrales rebajados e incluso acarpanelados, la segunda, más estilizada, abunda más en la decoración, presentando unos ventanales variados, con central aportalado, y rematados con arcos trilobulados, esquema que se repite en la puerta de acceso. Los colores claros de esta última contrastan con los tonos bastante más oscuros de la anterior.