La Isla de los Pensamientos es uno de los lugares con más historia de Cullera. De allí han salido multitud de hallazgos arqueológicos y aún hoy perdura una leyenda sobre el surgimiento del nombre del lugar.
Para conocer un poco más sobre este emplazamiento tan espectacular vamos a hacer un viaje a tres momentos clave de su historia. ¿Empezamos?
Primero vayamos a finales del siglo XVIII, época en la que el Marqués de la Romana decide convertir la isla de los pensamientos en un puerto. El sitio era perfecto para tal fin, pues sus características formaban un abrigo natural para embarcaciones de pequeña envergadura. Aunque finalmente el proyecto no se llegó a realizar, este acontecimiento es uno de los primeros constatados en formato escrito y una muestra de la importancia que ha tenido la isla de los pensamientos en Cullera.
Para conocer más sobre la isla, vamos a dar un salto hasta la segunda mitad del siglo XX. En 1955 y 1957 se llevaron a cabo dos importantes excavaciones en busca de hallazgos arqueológicos, motivadas por las afirmaciones de varios historiadores valencianos que destacaban el gran valor arqueológico de la isla. Ambas se llevaron a cabo con la financiación de una fundación estadounidense. Hubo, además, una tercera en 1966 que contó con la ayuda del ayuntamiento.
Las excavaciones confirmaron el gran valor del lugar, recuperándose todo tipo de restos: desde monedas, ánforas, cruces, ungüentarios, tejas, hasta piezas marmóreas y cerámicas de época romana, medieval y contemporánea.
Respecto a la leyenda que mencionábamos al principio… Se cuenta que durante los procesos de conversiones forzadas de musulmanes al cristianismo que tuvieron lugar en España en el siglo XVI, la isla era el lugar donde se llevaba a la población musulmana a pensar acerca de esta decisión tan trascendental para su vida. Pensar acerca de si convertirse al cristianismo o, por el contrario, seguir siendo fieles al islam con la consecuente expulsión del reino de Valencia. Un hecho que le puso nombre al lugar: la Isla de los Pensamientos.